Todas las mujeres en edad fértil deberían estar inmunizadas frente a las enfermedades que puedan suponer un riesgo durante el embarazo y para las que existan vacunas disponibles y efectivas.
La decisión de administrar una vacuna determinada a una mujer gestante deberá tomarse tras valorar la probabilidad real de contraer la infección, el riesgo que supondría la enfermedad para la madre y el feto y los efectos de la vacuna sobre ambos.
Las vacunas atenuadas de gérmenes vivos están en general contraindicadas, y en realidad deben evitarse desde 3 meses antes de la concepción. Sin embargo, la vacuna de la polio oral y de la fiebre amarilla podrían administrarse en caso de un gran riesgo de exposición como sería una epidemia.
Las vacunas de gérmenes muertos o inactivados, así como las constituidas por toxoides, pueden administrarse en general durante el embarazo sin problemas, siempre que estén indicadas. Se aconseja que se haga a partir del segundo trimestre. En el primer trimestre dependerá del riesgo que exista.
De forma sistemática, la única vacuna que se recomienda administrar es la del tétanos (en EE.UU. también la difteria, Td), cuya primovacunación completa debería ser concluida antes de finalizar el embarazo. Si ya había recibido la pauta completa de primovacunación, sólo se administrará una dosis de recuerdo en el caso de que hayan transcurrido más de 10 años desde la última dosis.
La lactancia materna no es contraindicación para administrar cualquier tipo de vacuna.
Un Comentario en “Vacunación durante el embarazo”