El intestino delgado posee una extensa superficie de absorción, muy superior a la necesaria para mantener una nutrición suficiente. Sin embargo cuando se realizan resecciones quirúrgicas amplias (más del 50% de la longitud del intestino) o existen lesiones inflamatorias amplias, se reduce de forma notable la superficie absortiva y puede aparecer un cuadro clínico de mal absorción cuya variedad dependerá de dos factores: la longitud de la resección, y la zona anatómica resecada.
Esta es importante si se tiene en cuenta la especialización funcional de los distintos segmentos intestinales (absorción de hierro, calcio, y fosfatos en el duodeno y el yeyuno, y de ácidos biliares y vitamina B12 en el íleon).
Las enfermedades más comunes que requieren resecciones masivas del intestino son la enfermedad de Crohn, el infarto mesentérico y la enteritis por radiación.
Originally posted 2007-11-27 21:09:54.