La piel es nuestro órgano más grande. Y, también, uno de los más complejos, porque es capaz de interactuar tanto con el interior como con el exterior. Y, entre el envejecimiento, el estrés oxidativo y la contaminación ambiental, la piel sufre continuamente. A continuación te explicamos cuál es la mejor rutina de cuidado de la piel a los 50 años.
Cuando se trata del estado y la apariencia de nuestra piel, así como de factores genéticos y ambientales combinados, nuestra edad no es siempre representativa. Esto significa que, mientras que algunas personas parecerán más jóvenes, otras simplemente no tanto.
En lo que al envejecimiento se refiere, se caracteriza por una alteración tanto general como progresiva de las diferentes funciones fisiológicas ligadas a un proceso multifactorial, el cual se encuentra determinado tanto genéticamente como por factores ambientales.
Estas modificaciones, es cierto, pueden acabar variando en una misma edad, dependiendo no solo de la propia herencia genética, sino también del entorno que nos rodea, como la contaminación, el estilo de vida que seguimos o, incluso, la radiación ultravioleta.
Cómo debe ser tu rutina de cuidado de la piel a los 50 años
Con la llegada de la menopausia, la piel se seca y se deshidrata con mayor frecuencia y habitualidad. Por este motivo, es conveniente optar por ingredientes activos altamente hidratantes, que sean capaces de retener agua.
Como veremos, el ácido hialurónico es, si cabe, ahora aún más importante que nunca, sobre todo cuando lo encontramos en las fórmulas de productos a base de ácido hialurónico de alto y bajo peso molecular.
Por un lado, el hialurónico de alto peso molecular actúa atrayendo la humedad presente en el ambiente hacia las capas superficiales, hidratándola al máximo. Y el hialurónico de bajo peso molecular actúa más profundamente, humectando e hidratando desde el interior.
También es necesario proporcionar flexibilidad y elasticidad, pero sin ejercer tirantez en la epidermis. Existen algunos principios activos útiles en este sentido, como las ceramidas o los ácidos grasos.
Por tanto, la barrera cutánea naturalmente presente debe ser revitalizada potenciando su protección lipídica natural. A la vez que el uso de ácidos de frutas, por ejemplo, son de enorme ayuda a la hora de estimular la renovación de las células, obteniendo con ello una mayor luminosidad.
El retinol, por otro lado, es otro de los elementos activos imprescindibles en este sentido, útil por la noche para mejorar la apariencia de las líneas finas, arrugas y manchas de la edad, a la par que reduce las imperfecciones al acelerar la renovación celular.
Pero, si tienes dudas, a continuación te descubrimos, paso a paso, cómo debería ser tu rutina de cuidado de la piel a los 50 años:
Limpieza de la piel
Independientemente de la edad que tengas, no hay duda que desmaquillarse y limpiarse la piel todas las noches, antes de acostarse, siempre es fundamental, a la par que imprescindible.
Por ejemplo, puedes empezar con la ayuda de un aceite facial, o leche desmaquillante, capaz de atraer la grasa y, por lo tanto, todas las partículas y restos de cosméticos, pero sin resecar la piel.
Finalmente, se recomienda terminar con una espuma o con un gel con cualidades limpiadoras. O, incluso, acabar con agua mineral o floral. También puedes aprovecharte de los beneficios del agua micelar.
Por la mañana, eso sí, bastará como una simple aplicación de agua micelar, sin enjuagar; será suficiente como para no atacar más la piel.
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Exfoliación
Exfoliar la piel químicamente, con ácidos de frutas o de forma mecánica con granos suaves, es de muchísima ayuda a la hora de permitir que el estrato córneo se refina, estimulando a las distintas células cutáneas a renovarse.
Así, la piel muerta (células muertas) acaban desapareciendo, y la tez se vuelve mucho más radiante. Eso sí, es recomendable hacerlo cada semana, una vez, o cada dos semanas, con la finalidad de no afectar a la piel negativamente.
Tónico facial y sérum
Nuevamente, nos encontramos con dos productos indispensables en cualquier rutina de cuidado de la piel. Pero, ahora más que nunca, continúan siendo igual de importantes, dado que proporcionan a la piel madura una serie de principios activos únicos, con alto poder hidratante.
Recuerda que el tónico facial va después del limpiador y antes del sérum. Por lo que, si usas ambas opciones, recuerda que este es el momento ideal para aplicarlo.
Eso sí, en estos momentos lo más recomendable es optar por un tónico facial hidratante, que ayude a reforzar las cualidades limpiadoras del primer paso de la rutina, y que prepare la piel para hacerla más receptiva al resto de productos.
Seguidamente, continúa con la aplicación de un sérum facial. No olvides que con unas pocas gotas de producto bastará, ya que, originalmente, se trata de un producto de consistencia ligera pero altamente concentrado (motivo por el cual no es una opción económica, pero sí es esencial).
A esta edad es preferible optar por sérums faciales con ácido hialurónico y vitamina C, un principio activo con beneficios antioxidantes, que también es capaz de estimular la producción de nuevo colágeno, tan necesario en esta etapa.
Tratamientos hidratantes y redensificantes
A la edad de 50 años, la piel, como ya te hemos mencionado, se encuentra mucho más seca, tirante marcada. Por tanto, es conveniente optar por cuidados mucho más nutritivos e hidratantes, además de ciertos ingredientes tensores que proporcionen confort, dando forma y actuando sobre el óvalo facial.
Nuevamente, el ácido hialurónico de alto y bajo peso molecular es esencial. Además, es imprescindible proteger el área de los ojos con el cuidado adecuado, usando un contorno de ojos antiedad.
Crema de día
Una crema hidratante ayuda a compensar la pérdida natural de agua de la piel, pero no solo actúa de esa forma. De hecho, también persigue el objetivo de proteger la piel de las agresiones diarias.
¿Su misión? Fortalecer la película hidrolipídica y las diferentes defensas cutáneas. Aunque lo más recomendable es usar una crema con una textura en función de nuestro tipo de piel: rica si es seca, y fluida si es grasa.
Utiliza una buena crema antiedad
Las cremas antiage son fórmulas con ingredientes activos hidratantes y antiarrugas, que actúan rellenando las arrugas y proporcionando una mayor hidratación. Pero no todas las cremas funcionan, ni mucho menos son eficaces.
En mi caso, como te he recomendado ya en diferentes ocasiones, prefiero la crema antiage de Nezeni Cosmetics, porque es una opción con una fórmula cuidada y estudiada, repleta de ingredientes activos naturales presentes en altas proporciones.
Uno de los aspectos que más me gusta de esta crema es la presencia de ácido hialurónico y cobiolift, un azúcar natural que actúa como un tensor natural, capaz de disminuir la profundidad de las arrugas en más de un 50 por ciento.
También podemos mencionar el uso de una crema de noche, una fórmula especialmente diseñada para regenerar las células, acelerando la cicatrización, a la vez que proporciona cualidades hidratantes, desintoxicantes y nutritivas.
Es más, es una opción muy útil para ayudar a la piel a autorepararse de forma natural, sobre todo después de todas las agresiones sufridas a lo largo de todo el día.
¿Lo ideal? Intentar integrarla en la rutina de cuidado de la piel nocturna. Aunque, es cierto, la opción que te he recomendado de Nezeni es apta tanto por las mañanas como por las noches.
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¿Cómo es la piel a los 50 años?
Con la llegada de la menopausia, la piel empieza a secarse y a deshidratarse, perdiendo flexibilidad y elasticidad. De hecho, la caída de los estrógenos naturales ocasiona una mayor sequedad tanto de las membranas mucosas como de la piel en sí.
Básicamente, la piel ya no es del todo capaz de retener de forma adecuada su nivel de hidratación natural, ya que se vuelve más permeable y frágil.
Por otro lado, la hipodermis, que es la capa más profunda de la piel, acaba también siendo afectada por el envejecimiento natural, de forma que debemos empezar a usar principios activos que actúen más profundamente, ya que es la capa que asegura los contornos y volúmenes armoniosos de nuestro rostro.
Por todo ello, a la edad de 50 años la epidermis (la capa más superficial) se muestra mucho más marcada por arrugas y manchas. Y, además, se vuelve más opaca y parece menos tonificada, dado que los volúmenes empiezan a ceder.
Y, lo que es aún peor, tal y como coinciden en señalar los dermatólogos, mientras que la producción de colágeno comienza a ralentizarse en torno a un 1 por ciento anual, durante los primeros cinco años de esta nueva fase, el contenido en colágeno de la piel se reduce en casi un 30 por ciento.
De ahí que, como siempre es mejor prevenir que curar, por lo que a la edad de 50 años, además de modificar la rutina de cuidado de la piel, y mantenerla cada día, sea esencial optar por hidratar intensamente estimulando tanto el colágeno como los fibroblastos, devolviendo con ello tanto la forma cutánea como la densidad.
Por todo ello, la mejor rutina de cuidado de la piel a los 50 años es aquella que haya sido específica y especialmente diseñada para el cuidado de la piel a partir de esta edad. Y lo más recomendable, sobre todo, es aplicar todos sus productos cada día, de forma regular y rutinaria.