

Si alguna vez has sufrido de hongos es muy posible que hayas usado o, al menos, hayas escuchado hablar del Fluconazol, porque es uno de los fármacos más recomendados para tratar las infecciones por cándidas y otras micosis. Se trata de un antifúngico de amplio espectro que se toma por vía oral en forma de comprimidos o jarabe y, en casos graves, puede administrarse también por vía intravenosa.
A continuación vamos a explicar con más detalle todo lo relacionado con este fármaco para que aprendas qué es el Fluconazol, para qué sirve y cuáles son sus efectos secundarios.
Qué es el Fluconazol
Este medicamento de la familia de los triazólicos es uno de los fármacos que más eficacia presenta frente a la dermatofitosis y otros hongos. A diferencia de otros antifúngicos el Fluconazol no se comercializa en pomadas ni para uso tópico sino que se administra de forma oral o, en casos extremos, se administra inyectado en vena.
Normalmente podemos adquirir el Fluconazol en las farmacias en diferentes formatos. El formato más común es en forma de comprimidos que encontraremos en distintas dosis de 50 mg, 100 mg, 150 mg o 200 mg. Mientras que en formato líquido o suspensión oral se vende en formatos de 50 mg, 5 ml o 200 mg. Será el médico quién nos dirá qué dosis debemos tomar en función de nuestro caso en particular y de nuestra condición física.
Como sucede con todos los tratamientos para la micosis en general, el tratamiento con Fluconazol hay que seguirlo hasta el final, incluso aunque notemos que los síntomas han mejorado o han desaparecido, porque los hongos tienden a reaparecer, pudiendo dar lugar a nuevos y sucesivos brotes.
Para qué sirve el Fluconazol
El Fluconazol se toma para combatir una pluralidad de infecciones micóticas, principalmente aquellas que son ocasionadas por los hongos Cándida Albicans y el Criptococcus. Dentro de estas, entre las afecciones más comunes que son tratadas por Fluconazol podemos citar la candidiasis vaginal, la candidiasis oral y la candidiasis del pene.
Los hongos de las uñas, los hongos de las ingles y los sabañones también son tratados a menudo con el Fluconazol. Así como los sabañones, la pitiriasis versicolor, los coccidiomicosis, los criptococosis y la blastomitosis.
Por otro lado, la candidiasis esofágica y la candidiasis sistémica también pueden verse aliviadas por la acción antifúngica del Fluconazol.
El Fluconazol está especialmente indicado para evitar recaídas en pacientes que se están recuperando de una infección micótica o que están inmunodeprimidos, por ejemplo, en casos de personas que tienen VIH, o que sufren de neutropenia prolongada.
Las micosis no son enfermedades en exceso peligrosas aunque sí que resultan especialmente incómodas, molestas y, a veces, dolorosas. Con ayuda del Fluconazol se consigue la rápida recuperación del paciente y se previenen los brotes sucesivos. Está indicado sobre todo cuando el enfermo no observa una recuperación con los medicamentos de uso tópico.
Dependiendo de la patología concreta que haya que tratar y de la condición médica del paciente, el médico le indicará la dosis que deberá tomar.
Efectos secundarios del Fluconazol
Como todos los medicamentos el Fluconazol también puede tener efectos secundarios. No es lo más común y la mayoría de las personas suelen tolerar bien el medicamento, no obstante, siempre hay que tomarlo con precaución y estar alerta ante posibles efectos no deseados. Algunas de estas reacciones adversas pueden ser náuseas, dolores abdominales y diarrea.
Este fármaco también puede producir dolor de cabeza y, sobre todo en pacientes con VIH, se han dado casos de problemas en la piel.
Otros efectos secundarios, aunque menos comunes del Fluconazol es la elevación de los niveles de transaminasas en el hígado lo que puede dar lugar a la intoxicación hepática. Las personas con problemas de hígado deberían tomar este medicamento siempre bajo control médico.
Aquellas personas que tienen insuficiencia renal también deben ser vigiladas mientras toman Fluconazol, pues deberán controlar mucho su dosis para que su ingesta no le resulte tóxica.
Además, en dosis muy elevadas, el Fluconazol puede originar alteraciones psiquiátricas como paranoias y alucinaciones.
- Fuertes dolores de cabeza.
- Gastroenteritis.
- Alucinaciones.
Contraindicaciones del Fluconazol
Al margen de los efectos secundarios que hemos visto, hay una serie de personas que deben evitar el consumo de Fluconazol. Estas personas son aquellas que tienen una hipersensibilidad al fármaco o a sus componentes, así como las personas intolerantes al ketoconazol, el itraconazol y el miconazol.
Las mujeres embarazadas tampoco deben tomar el Fluconazol sin una estricta vigilancia médica, especialmente si se encuentran en su primer trimestre de gestación, pues la sustancia podría provocar malformaciones en el feto. Tampoco las mujeres que están en periodo de lactancia deberían tomar este medicamento.
Aparte, las personas que están tomando medicamentos como la terfenadina o la cisaprida podrían sufrir de arritmia cardíaca si combinan estos fármacos con el Fluconazol.
El Fluconazol también puede causar interacción con algunos anticoagulantes orales como, por ejemplo, la warfarina. Otros medicamentos con los cuales no debe mezclarse el Fluconazol son:
- La lovastatina.
- La quinina.
- La digoxina.
- La zidovudina.
- La fenitoína.
- La clorpropamida.
- La glibenclamida.
- La ciclosporina.
- La tacrolimus.
- La midazolam.
- La terfenadina.
Por otro lado, hay sustancias que pueden interferir en la eficacia del Fluconazol, como son la hidroclorotiazida y la rifampicina. Mientras que la primera de ellas provoca un aumento de los niveles séricos del fármaco, la segunda lo reduce.
Si eres mujer, posiblemente te estarás preguntando qué sucede con los anticonceptivos orales. Si estás tomando la píldora, en principio, puedes estar tranquila y tomar el Fluconazol con normalidad, porque este no interfiere en la eficacia del anticonceptivo. Pero si la toma de Fluconazol es prolongada en el tiempo entonces sí deberías tener cuidado, pues aunque no hay estudios suficientes que confirmen la interacción, el Fluconazol disminuye la metabolización del estrógeno.
Con esta guía que te hemos ofrecido del Fluconazol ahora sabes en qué consiste el medicamento y cómo tomar este fármaco tan utilizado contra los hongos. Recuerda siempre que el mejor consejo que podemos darte ante cualquier problema de salud, y ante la toma de cualquier medicamento, es consultar con el médico.
Dosis del Fluconazol
A la hora de tomarlo, es importante saber la dosis de Fluconazol indicada. Por supuesto, nada de automedicarse. Lo recomendable en todo caso es que sea un especialista médico quien te paute la dosis de Fluconazol. No obstante, ésta será, por lo general, de 150 mg en una dosis. La prescripción más habitual.
Se da en los casos en los que la candidiasis afecta al aparato reproductor, ya sea masculino o femenino. Si la dolencia persiste, se puede repetir la toma a los tres días.
No obstante, hay casos más graves, en los que la dosis de Fluconazol puede prolongarse hasta seis semanas. En ese caso, lo más normal es tomar una pastilla al día. Y es que, dependiendo del tipo y la gravedad de candidiasis, el Fluconazol se administrará en comprimidos o por vía intravenosa.
Precauciones al tomar Fluconazol
Obviamente, éste es un medicamento potente, por lo que hay precauciones al tomar Fluconazol que debemos tener. A pesar de ser un fármaco administrado con asiduidad, esto no quita para que tenga algunos efectos secundarios. Los más habituales son la gastrointeritis, el dolor estomacal, mareos y náuseas. Sin duda, un medicamento potente.
Para gente que tiene migrañas de forma habitual, el Fluconazol también puede derivar en dolor de cabeza. Incluso en algunos casos se han dado pequeños sarpullidos en la piel. En este caso, en los enfermos que sean portadores del VIH. Casos excepcionales, pero dignos de mención.
Menos común todavía es que el Fluconazol derive en una toxicidad del hígado, pero puede pasar. El motivo es que en ciertos afectados, dispara la creación de transaminasas. Lo mismo pasa con aquellas personas que tengan insuficiencia renal. En estos casos, el médico debe calcular la dosis de forma muy exacta, para no afectar a la tasa de filtración glomerular.
Tampoco es recomendable suministrar este medicamento a personas con hipersensibilidad a algunos de los componentes del Fluconazol. Hablamos del miconazol, el itraconazol o el ketoconazol. Su exposición, puede desembocar en una adicción, cuyas consecuencias serían dramáticas.
Y es que, el caso extremo lo encontramos en quienes abusen, de forma continuada, del Fluconazol. Los efectos secundarios de esta conducta son desde alucinaciones a paranoia. De ahí la necesidad de que sea prescrito por un especialista sanitario.
Obviamente, tratándose de un medicamente tan fuerte y con tantos efectos secundarios, está completamente prohibido para mujeres embarazadas. Sobre todo, durante el primer trimestre, cuando el feto es más sensible a todo lo que le llega del exterior. La ingesta de Fluconazol puede suponer malformaciones en el feto.
Por último, está contraindicado mezclar el Fluconazol con cisaprida o terfenadina. El motivo es que, casi seguro, provocaría una arritmia cardíaca severa en quien realice esta combinación letal. Pasa algo parecido cuando mezclamos lexatin y alcohol: efectos secundarios, la mezcla puede tener consecuencias nefastas para quien la lleve a cabo. Prohibida a todas luces.
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