Colesterol bueno: qué es y cómo aumentarlo

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Vamos a hablar a continuación del denominado colesterol bueno, quizás menos conocido que el colesterol malo. Explicaremos qué es y cómo podemos aumentarlo.

El colesterol bueno es el colesterol de lipoproteínas de densidad alta, conocido por sus siglas en inglés HDL, que viene a ser, en resumidas cuentas, lo que recoge el colesterol malo, lo barre por así decirlo, para terminar llevándolo al hígado donde se elimina. Es algo que nuestro organismo lo produce de manera natural y es muy útil, para reducir el nivel de colesterol en sangre.

Qué es el colesterol bueno

Para saber qué es el colesterol bueno, primero hay que tener en cuenta que el colesterol, es útil para las fibras nerviosas, y asimismo, pertenece al grupo de las grasas o de los lípidos. También es útil para el equilibrio de las hormonas, y también para ciertos ácidos, como los biliares.

Como decimos, el colesterol bueno son las lipoproteínas de alta densidad, que realizan la función vital de eliminar el exceso de colesterol, que tenemos en nuestro cuerpo. Lo ideal es tener unos baremos superiores a 60 mg/dl, si bien cuanto más colesterol bueno tengamos en sangre, mejor.

Otra de las funciones del colesterol bueno son, eliminar los bloqueos que puedan producirse en las arterias, y transportar el exceso de colesterol malo al hígado, para que sea, de este modo, expulsado automáticamente.

Los niveles también son de esta manera, Alta HDL y LDL bajo, si los tuviéramos a la inversa, bajo HDL y LDL alto, deberíamos hacer urgentemente una modificación seria de nuestro dieta y deberíamos cambiar algunos aspectos de nuestro estilo de vida. Es fundamental que tratemos de elevar siempre que podamos nuestros niveles de HDL. La obesidad suele ser responsable de tener bajo HDL y LDL alto. El ejercicio juega un papel fundamental en este aspecto. También reducir los gases y dejar de fumar y beber.

Por otra parte, hay que aclarar que el colesterol malo, es aquél de baja ansiedad, que acumulándose en las paredes de las arterias, bloquea la circulación de la sangre hacia el corazón y aumentan los riesgos de sufrir enfermedades de carácter cardiovascular, por lo que debemos llevar un control al respecto. Lo recomendable es tenerlo a un nivel inferior a 100 mg/DL y que no sea superior a 160 mg/DL. La vida sedentaria, el alcohol en exceso, el tabaquismo y las dietas con excesos de grasas pueden provocar que aumente este colesterol malo.

Por qué es importante el colesterol bueno

El colesterol bueno es importante porque previene de enfermedades del corazón, protege al cuerpo de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y de ataques a los órganos importantes del cuerpo. Es decir, necesitamos el colesterol bueno para la función saludable de nuestro cuerpo.

Estamos ante una máquina de eliminar colesterol, a limpiar el cuerpo, de esta sustancia que podría ser perjudicial, en el caso de quedarse en nuestro cuerpo.

Hay diversos estudios que han demostrado que las personas que tienen niveles altos de HDL, tienen mucho menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. También puede ayudar el colesterol bueno a combatir la aterosclerosis, que es una enfermedad del corazón, que tiene placa y acumulación de grasas en las paredes de las arterias.

El colesterol bueno es una manera de protegerse contra futuros accidentes de carácter cardiovascular. También existen en el HDL propiedades antioxidantes, que contribuyen a reducir las toxinas en el cuerpo.

Con una sencilla prueba de lípidos, podremos saber qué cantidad exacta tenemos de colesterol bueno y de colesterol malo en el cuerpo. Con este test, podemos determinar si debemos cambiar nuestra dieta o no tenemos necesidad de hacerlo. Las mujeres, que no han tenido la menopausia suelen tener unos niveles de HDL superiores a los de los hombres.

El HDL, parte fundamental del colesterol bueno, también nos sirve como protección contra accidentes en el cerebro por su carácter antiinflamatorio.

Asimismo, debemos realizar un equilibrio para tomar una cantidad correcta de colesterol HDL, ya que necesitamos las grasas inherentes, si bien debemos mantener un nivel bajo de LDL a la vez que un nivel alto de HDL. En el sistema encontramos juntos los dos tipos de colesterol, pero el colesterol bueno contribuye a eliminar el colesterol malo.

Cómo aumentar el colesterol bueno

Como hemos resaltado anteriormente, podemos aumentar el colesterol bueno, el colesterol HDL, con unos hábitos de vida saludables. Es decir, evitando el sobrepeso, realizando ejercicio de manera regular, evitando el exceso de grasas y también evitando hacer un uso abusivo del alcohol y por supuesto, evitando el alcohol.

El ejercicio aeróbico regular no sólo aumenta el colesterol HDL, sino que además termina reduciendo el colesterol malo, por lo que es una actividad fundamental que debemos realizar, si queremos mantener un estilo de vida saludable.

Las medidas dietéticas incluyen evitar los productos con grasas trans, en medida de lo posible y los carbohidratos refinados.

La dieta, como vemos es fundamental, ya que también se recomienda cambiar las grasas saturadas por las monoinsaturadas y las poliinsaturadas. Grasas que están presentes en aquellos productos de origen vegetal, así como en nueces y aguacates.

Para aumentar los niveles de colesterol bueno, tenemos un producto que es una especie de vitamina B3, llamada niacina. La niacina eleva habitualmente los niveles de HDL en un 20 por ciento, porcentaje que puede ser incluso superior en otras personas. Evidentemente, la niacina la tenemos que tomar con la autorización de un doctor, ya que en algunos casos podría llegar a lastimar algunos órganos, como el hígado.

Los niveles altos de HDL pueden aparecer en el cuerpo ensanchando las paredes arteriales, y haciéndolas por lo tanto más saludables y más seguras para transportar la sangre. El HDL, que contrasta con el colesterol malo o LDL, lipoproteínas de baja intensidad, hace un barrido por todos los tejidos del cuerpo para llevarlo a la papelera de reciclaje, que sería el hígado. Los niveles de colesterol siempre se miden en miligramos por decilitro. El HDL menor a 50 en mujeres y a 40 en hombres pueden contribuir a tener enfermedades cardíacas.

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