Otitis media secretora

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Es la consecuencia de la presencia en el oído medio de un contenido seromucoso de viscosidad variable que origina una pérdida auditiva, al incrementarse la resistencia del paso de la energía acústica en el oído medio.

La disfunción de la trompa de Eustaquio y sus consecuencias sobre la mucosa de revestimiento del oído medio constituyen los factores fisiopatólogicos fundamentales en el desarrollo de la enfermedad. En cualquier situación en la que se produzca una obstrucción de la trompa de Eustaquio; por ejemplo, en el transcurso de un proceso catarral de las vías aéreas superiores, las posibilidades de desarrollar una otitis secretora estarán presentes. En los pacientes pediátricos, por sus características anatómicas y por la frecuencia de los procesos catarrales de la vía aérea superior, esta situación es más frecuente.

Especial atención se debe prestar en los casos de otitis serosa unilateral del adulto, ya que puede ser la forma de presentación clínica de un carcinoma de cavum.
Clínicamente se manifiesta por la presencia de una pérdida auditiva, fluctuante, con autofonía, destacando la inexistencia de dolor, lo que hace que pueda pasar inadvertida durante un largo período de tiempo.

El diagnóstico es otoscópico y variable en función del volumen y la viscosidad del contenido de la caja timpánica. Un tímpano mate con una coloración amarillenta constituye el hallazgo más frecuente. En otras ocasiones se puede observar la presencia de burbujas en el oído medio como manifestación de la mezcla de aire y contenido seroso en la cavidad timpánica. Con menor frecuencia la inspección timpánica objetiva la presencia de un tímpano azulado (hemotímpano). La acumetría y el examen audiométrico, si la edad del paciente lo permite, revelarán la presencia de una hipoacusia de transmisión, mientras que la timpanometría (en absoluto indispensable) corroborará los hallazgos previos.

Hay una gran controversia con relación al tratamiento de la otitis secretora. En la mayoría de los casos cursan hacia la resolución espontánea del proceso, el tratamiento antibiótico y antihistamínico no altera su evolución. Lo más importante es efectuar un seguimiento otoscópico periódico, y en aquellos casos en los que puedan aparecer secuelas (especialmente retracciones timpánicas) o que la otitis serosa se perpetúe (más de 4 meses) hay que valorar la colocación de drenajes transtimpánicos.

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