Metatarsalgia: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

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La metatarsalgia es un dolor, que se produce en los huesos metatarsianos, que es la región, que está en la zona anterior del pie, entre el tarso y los dedos. Esta patología causa dolor en la zona de la planta del pie, ya que los denominados huesos metatarsianos, que se localizan cerca del inicio de los dedos, provoca un dolor que aumenta al caminar y, sobre todo, al correr. Los metatarsianos afectados, suelen ser, el primero, el segundo, el tercero y el cuarto.

Qué es la metatarsalgia

La lesión se produce por la excesiva presión del metatarso, que provoca dolor e inflamación en la zona media, entre la planta del pie y el nacimiento de los dedos. Hay que tener en cuenta que el metatarso es la zona del pie, en la que más peso se apoya al andar o al correr, por lo que el apoyo excesivo, puede causar un gran dolor.

Este dolor tiende a desaparecer con reposo, pero hay ocasiones en las que hay que la cosa se complica y puede provocar que ni siquiera se pueda apoyar el pie. La metatarsalgia puede provocar también la aparición, de los denominados clavos plantares, que son una especie de callosidades o durezas en la planta del pie.

Es una patología muy común, ya que representa, en torno al 80 por ciento, de las consultas que se producen por dolores en los pies.

Causas de la metatarsalgia

Normalmente, la metatarsalgia suele producirse por un mecanismo incorrecto, en la fase inicial para caminar, con elevación sobre los dedos. Esto provoca una presión sobre el metatarsiano, que genera hinchazón y dolor.

También un aumento de la presión constante y repetitiva sobre la zona, puede provocar esta patología. Las alteraciones en la pisada, también pueden generar este tipo de problemas. El siguiente paso, suele ser compensar la marcha y la aparición de lesiones, muy típicas en deportistas de élite, de fútbol, baloncesto y balonmano, entre otros.

Pero no sólo por la sobrecarga en la marcha, se produce metatarsalgia. Las deformidades del pie también pueden ser causa de esta patología. Es el caso de los juanetes, dedos en martillo, pies cavos o dedos en garra, que aumentan el riesgo notablemente.

Y, cómo en todo tipo de dolencias del pie, el calzado, juega un papel importante. Las suelas delgadas, los zapatos rígidos o estrechos, generan presión en el metatarso. En el caso de las mujeres, se puede agravar aún más el riesgo, con los tacones. Es en este sector, en la causa del calzado, en el que tenemos a más mujeres que hombres, con este tipo de dolencias.

Hay otras enfermedades y condiciones, que pueden causar metatarsalgia, aunque la relación no es tan directa como en las anteriores. Es el caso de la diabetes, la deshidratación o el sobrepeso. No obstante, la alteración biomecánica del pie, es la causa principal, en la mayoría de los casos.

Síntomas de la metatarsalgia

El primer síntoma, es el dolor en una o más cabezas de los metatarsianos. Este dolor se va agravando, durante la fase media de apoyo y al empezar a correr. El dolor provocado por la metatarsalgia, se manifiesta de manera diferente, dependiendo de la causa que lo provoque. El dolor mecánico va aumentando a medida que avanza el día, mientras que el artrósico aparece a primera hora del día y va disminuyendo con la práctica de ejercicio, mientras que el dolor neurológico, que da sensación de tener una quemadura, va decreciendo con el reposo.

Aunque sea el principal síntoma, el dolor, tenemos otra serie de indicadores, que no hay que descartar en absoluto. Es el caso de la hinchazón de las partes blandas de la zona, el aumento de temperatura en la zona inflamada, o el enrojecimiento de la piel. De nuevo, es en las mujeres donde más se manifiesta, por el hecho de que se agrave en calzados de tacón alto y de punta estrecha.

Estos síntomas pueden ser leves, o pueden llegar a ser más graves, hasta el punto de dificultar que la persona camine con normalidad. Por ello, siempre es importante realizar un diagnóstico, tanto para detectar el problema a tiempo como para descartar otro tipo de problemas físicos.

Diagnóstico de la metatarsalgia

El primer objetivo del diagnóstico de esta patología, está destinado a investigar las causas que han producido la metatarsalgia. Por ello, hay que realizar un estudio completo del paciente, en el que veremos la huella, la estructura del pie y la marcha de la persona. En este estudio clínico habrá que revisar el historial y los síntomas del paciente.

Para llegar a un correcto diagnóstico, el médico suele utilizar rayos X, una ecografía si sospecha de la aparición de un neurema de Morton y también un baropodómetro, que es una prueba en el pie, conectada a un ordenador, donde se hace un estudio pormenorizado, de la carga en las plantas de los pies, del paciente, y se investiga un posible reparto desequilibrado de las cargas.

Tratamiento de la metatarsalgia

El principal tratamiento de metatarsalgia es la fisioterapia, vía laser de CO2 o ultrasonido en inmersión, complementados con una serie de ejercicios. Estos incluyen el masaje de una pelota con la planta del pie, la separación de los dedos, ampliando el arco, o el automasaje de los dedos y la zona anterior del pie.

También se utilizan calzados cuadrados y de punta ancha, y aparatos ortopédicos para corregir esta patología. Se utilizan para adaptarse a la anatomía del pie y tienden a ser utilizados en calzados deportivos. Estas plantillas suelen tener unas plataformas de apoyo para encajar en el pie.

El tratamiento también incluye, la aplicación de frío en la zona, el reposo o la reducción de la actividad deportiva, el uso de antiinflamatorios y el cambio de calzado.

Si la dolencia fuera a más, se podría optar por otro tipo de soluciones, menos conservadoras que el uso de la fisioterapia. Estamos hablando del uso de escayola, para inmovilizar la zona, de la infiltración de corticoides, o incluso de que el paciente pase por quirófano. La operación llamada osteotomía, consiste en cortar parte del metatarsiano determinado, que provoca el dolor y una carga o apoyo excesivo en la zona.

En condiciones normales, el período de recuperación suele estar en torno a los treinta días, aunque hay muchas variables que pueden acortar o alargar los plazos.

Cómo prevenir la metatarsalgia

Hay que tener en cuenta que la metatarsalgia afecta a la zona del pie que más está en apoyo con el suelo al andar o correr. Es por tanto una lesión que afecta principalmente a deportistas, por ejemplo a runners.

La lesión se puede producir como consecuencia de un problema previo, caso de un juanete. En cualquier caso, casi siempre viene dada por una incorrecta distribución del peso a la hora de correr o caminar, que carga demasiado el esfuerzo en la zona. Para evitarlo, se puede llevar a cabo una serie de precauciones.

En primer lugar, hay que conocer la importancia de llevar un buen calzado a la hora de correr. El calzado debe estar adaptado a la tarea física que vamos a realizar. Asimismo, las plantilla o las suelas deben estar en perfectas condiciones y garantizar un buen apoyo de pie.

En ocasiones, estos malos apoyos también pueden venir dados por una mala técnica o postura al correr (sobre todo relacionada con las personas que corren como «de puntillas»). Corregir estas malas posturas, unido a un buen calzado, nos puede ayudar a prevenir la metatarsalgia.

También hay que tener en cuenta la intensidad del ejercicio. Por ejemplo, debemos saber que si estamos haciendo un entrenamiento de saltos, por ejemplo la intensidad al saltar, y el impacto al aterrizar, serán mayores, por lo que debemos adecuar el tiempo y la intensidad del ejercicio a este hecho, sobre todo si ya hemos tenido algún problema de metatarsalgia.

Por supuesto, hay que estar atento a cualquier pequeño síntoma. Si empezamos a notar molestias, lo mejor es dejar el entrenamiento y continuarlo más adelante con menor intensidad, vigilando siempre que no se reproduzca al problema.

Aunque no sea haciendo ejercicio, el calzado también influye en muchos otros momentos. Por ejemplo, si sabemos que somos propensos a la metatarsalgia, hay que intentar evitar los zapatos de tacón, ya que inclinan nuestra postura hacia delante y cargan el peso sobre los metatarsos.

En caso de que tengamos la zona cargada, también se puede recurrir a la realización de masajes. Por supuesto, siempre es recomendable calentar y reforzar la zona, haciendo el calentamiento adecuado o ejercicios destinados a las plantas de los pies.

Otros factores que pueden favorecer la aparición de este problema es el peso. A mayor peso, más se cargará esta parte del cuerpo y más posibilidades de desarrollar metatarsalgia. También se deben tener en cuenta los antecedentes familiares. Pueden ser otra causa de la aparición de metatarsalgia, por lo que siempre hay que informar al médico si alguien de nuestra familiar también lo padece.

Por último, no se debe confundir la metatarsalgia con la fascitis plantar, una afección parecida pero no igual, de la que te hablamos en este artículo.

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