En el diabético las cifras de tensión arterial más elevadas, aunque no alcancen los valores de diagnóstico de hipertensión, se asocian con una mayor incidencia de microangiopatía. Así, el clásico trabajo de Parving demostró que, conforme aumentaba la media de la tensión arterial, descendía el filtrado glomerular, aumentaba la excreción urinaria de albúmina y que, al administrar agentes hipotensores, el descenso de la media de la tensión arterial se acompañaba de un enlentecimiento del deterioro del filtrado glomerular y una disminución de la cifra de microalbuminuria.
También se ha comprobado una frecuencia más alta de retinopatía diabética en presencia de valores de tensión arterial sistólica superiores o iguales a 144 mmHg frente a los que presentaban una tensión arterial sistólica inferior a 125 y que la progresión de la retinopatía diabética se incrementaba a partir de valores superiores a 70 mmHg.
Por otra parte, es sobradamente conocido el efecto deletéreo que ejerce la hipertensión arterial (HTA) sobre la mortalidad cardiovascular tanto en la población general como en la diabética, en la que la HTA comporta un aumento de 4 a 5 veces de la enfermedad aterogénica.
Originally posted 2008-03-17 17:34:55.