Hernia de hiato: causas, tratamiento y tipos

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Se calcula que alrededor de un 20 por ciento de la población sufre o ha sufrido alguna vez una hernia de hiato. Incluso es posible que haya personas que tengan hernia de hiato y ni siquiera se hayan enterado, porque la enfermedad no siempre presenta síntomas. Eso sí, cuando lo hace, se convierte en una enfermedad extremadamente molesta, porque provoca ardores, problemas para tragar y dolores en la zona del pecho.

A continuación, vamos a explicarte qué es la hernia de hiato, cuáles son las causas que la originan, los tipos de hernia que puedes sufrir, sus síntomas y posibles tratamientos. Además, vamos a descubrirte qué relación tiene nuestra dieta con esta enfermedad.

Qué es la hernia de hiato

El hiato no es otra cosa que una abertura de pequeño tamaño que se encuentra en nuestro diafragma, es decir, en el músculo que se encarga de la respiración ayudando a expandir y contraer los pulmones. A través de esta abertura se conectan el esófago y el estómago. En ocasiones, una porción del estómago se desliza hacia arriba y sobresale hacia el tórax a través del hiato, formándose así una hernia de hiato.

La hernia de hiato puede aparecer a cualquier edad, pero el riesgo de padecerla aumenta a medida que envejecemos, de modo que este problema tiene una mayor incidencia en personas mayores de 50 años y, sobre todo, en ancianos.

En términos coloquiales suele hablarse de la hernia de hiato como una rotura del diafragma. Para comprobar si un paciente sufre de hernia de hiato o rotura del diafragma el médico pedirá la realización de dos pruebas diagnósticas, como son una radiografía y una endoscopia.

Para realizar la radiografía el paciente deberá beber un líquido de contraste y, además, tendrá que colocarse con la cabeza hacia abajo y el abdomen tensionado, pues la idea es que el contraste se marque en la zona superior del estómago que es la que interesa observar ya que es justo aquí donde se encontraría la hernia de hiato.

La endoscopia consiste en observar el estómago con una cámara que se introduce con ayuda de un tubo flexible a través de la boca. Así el médico podrá observar el sistema digestivo en su totalidad, desde el esófago y hasta el duodeno, pasando por el estómago. La endoscopia es una prueba molesta, pero no duele, porque al paciente se le administra un calmante antes de comenzar.

Causas de la hernia de hiato

La hernia de hiato puede aparecer debido a diferentes causas entre las cuales se encuentran el envejecimiento, la obesidad, el estreñimiento, la tos crónica y el sobreesfuerzo. Pero también los malos hábitos de vida como el estrés y el consumo de tabaco y alcohol pueden dar lugar a la aparición de una hernia de hiato.

En ocasiones, la rotura del diafragma se dan en personas que han sido sometidas a algún tipo de cirugía en el estómago o el esófago.

Con la edad, el músculo del diafragma se va debilitando, esto explica la mayor incidencia de hernia de hiato en personas ancianas.

También la tos y el estreñimiento provocan una presión en el abdomen debido al esfuerzo que pueden hacer que el estómago se desplace.

En el caso de la obesidad, el aumento del tamaño del vientre puede presionar los órganos internos. En este sentido, lo mismo sucede con el embarazo, por lo que las embarazadas también son población de riesgo de sufrir hernia de hiato.

Por otro lado, el alcohol y el tabaco relajan el esfínter esofágico y también aumentan el reflujo lo que favorece la rotura del diafragma.

Hernia de hiato: tratamiento y dieta

El tratamiento para la hernia de hiato se aplicará cuando haya síntomas, porque recordemos que muchas veces la enfermedad cursa sin síntomas. En el caso de que el paciente tenga molestias, como pueden ser dolores abdominales, ardores de estómago, dificultad para tragar o para respirar entonces sí tendrá que someterse a tratamientos para aliviar estos síntomas.

El omeprazol, pantoprazol o lanzoprazol, así como la ranitidina son los tratamientos farmacológicos más indicados. A veces también se recetan procinéticos como la metoclopramida, la domperidona o la cisapride. Pero nunca hay que tomar antiácidos con la hernia de hiato.

La cirugía solamente está indicada en casos graves, cuando las molestias son muy fuertes o hay hemorragias y cuando el tratamiento con fármacos no ha dado resultados. Por lo general, no suele haber complicaciones y los pacientes se recuperan bien de la hernia de hiato, aunque hay casos en los cuales la enfermedad se hace crónica.

Si existe cirugía, esta se realiza mediante laparoscopia, un método mínimamente invasivo y con una recuperación muy rápida y favorable por parte del paciente.

Lo que sí hay que cuidar en todos los casos es la dieta. Habrá que evitar las comidas muy grasas, el picante, las bebidas gaseosas, el chocolate y la menta. Además, hay que acostumbrarse a comer a menudo pero en pequeñas cantidades para no cargar el estómago. Por otro lado, el tabaco y el alcohol quedan prohibidos también.

Tener buenos hábitos de vida ayudará a prevenir la hernia de hiato y será fundamental cuando se padece la enfermedad para evitar que el problema empeore.

Tipos de hernia de hiato

Pueden distinguirse hasta cuatro tipos de hernia de hiato. La más habitual es la hernia deslizante, en la cual la hernia se produce en la unión entre esófago y estómago en la cavidad toráxica. El 95% por ciento de los casos de hernia hiatal son de este tipo.

El segundo tipo más común es la hernia paraesofágica. Sucede cuando se produce la hernia del estómago en la cavidad o hiato del diafragma afectando también al esófago. Es un tipo menos frecuente pero suele acarrear más complicaciones que la hernia deslizante.

Luego también existen hernias de hiato combinadas en las cuales hay doble hernia, por un lado, la unión gastroesofágica y, por otro lado, afecta al estómago y al esófago. E incluso en ocasiones, una hernia de hiato puede afectar también a otros órganos como el bazo, el intestino delgado o el colon.

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