Los datos analíticos imprescindibles para una correcta valoración general del paciente hipertenso son: glucemia, creatinina plasmática, uricemia, potasemia, colesterolemia total y la investigación de proteinuria y microhematuria. La determinación sérica de triglicéridos y de HDL-colesterol dependerá de la detección previa de cifras elevadas de colesterol total.
La investigación sistemática de la presencia de microalbuminuria es obligatoria en los diabéticos y recomendable en hipertensos sin afectación conocida de órganos diana en los que surjan dudas sobre la necesidad de instaurar un tratamiento farmacológico. Su cribado puede realizarse mediante tiras reactivas o métodos cuantitativos en muestras de orina primomatinal. En casos de positividad, deberá confirmarse, al menos en dos ocasiones más, preferentemente con la determinación de la excreción urinaria de albúmina en orina de 24 horas.
Otras determinaciones analíticas se solicitarán en función de la sospecha de HTA secundaria y/o patologías asociadas, basados en los conocimientos sobre la eficacia diagnóstica de cada prueba y su contribución a la toma de decisiones clínicas. Entre ellas están determinaciones sencillas como el hemograma o las pruebas de funcionalismo hepático, o más complejas como las determinaciones de metanefrinas, catecolaminas y ácido vanilmandélico, cortisol, aldosterona y renina plasmáticas y PTH, entre otras.