La aterosclerosis se ubica prácticamente en la población de países desarrollados como Norteamérica, Europa, Australia, Nueva Zelanda y Rusia, en cambio, a juzgar por el número de muertes atribuíbles a cardiopatía isquémica (incluyendo infarto de miocardio), es mucho menos prevalente en regiones como África, Centroamérica y Sudamérica (salvo Argentina y Uruguay).
Por ejemplo la mortalidad por cardiopatía isquémica en EE.UU es una de las más altas del mundo, y seis veces mayor que en Japón. Los japoneses que emigran a EE.UU y adoptan los hábitos de vida y las costumbres dietéticas de este último país adquieren la predisposición a la enfermedad aterosclerótica que es típica de la población estadounidense.
La prevalencia y gravedad del proceso esta relacionada con varios factores de riesgo que se pueden clasificar en dos, los inmodificables, y los modificables. Dentro de los primeros se encuentran la edad (mayor de 45 años), el sexo (masculino), antecedentes familiares y alteraciones genéticas.
Por su parte, dentro de los factores modificables están: hiperlipidemia, hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes.