El curso clínico de la EM es muy variable; sin embargo, a grandes rasgos se pueden establecer varios grupos clínicos con una evolución más o menos homogénea: la forma remitente/recurrente se caracteriza por la presencia a lo largo del tiempo de diferentes brotes o recidivas de la enfermedad con posterior recuperación (completa o incompleta).
Las recidivas pueden ser tanto el empeoramiento brusco de un síntoma previo como la aparición de un cuadro clínico diferente. Un auténtico brote debe durar más de 24 horas. Otra forma de EM es la crónica progresiva que se caracteriza por una evolución progresiva del déficit neurológico sin períodos de mejoría ni empeoramientos bruscos.
Se conoce como EM primariamente progresiva, al subgrupo de pacientes (aproximadamente el 10%) en los que la EM se inicia con esta forma evolutiva. Por el contrario, la denominada EM secundariamente progresiva incluye los pacientes que tras un período variable de recidivas y remisiones la enfermedad evoluciona hacia un deterioro progresivo de los síntomas. Aproximadamente el 40% de los pacientes con forma remitente-recurrente desarrollan una forma progresiva a los 6-10 años de evolución de laEM, cifra que aumenta al 58% entre los 11-15 años de evolución (Weinsherker, 1989).
Existen otras formas como son la transicional (un brote seguido de una remisión de varios años de evolución y desarrollo posterior de una forma progresiva), la progresiva recurrente (forma progresiva con exacerbaciones agudas) y las formas benignas (pacientes con poco deterioro e incapacidad mínima al cabo de años de evolución del proceso). Aproximadamente un tercio de los pacientes tienen esta forma a los 10 años de evolución.
Originally posted 2008-03-14 23:05:25.