

Los enfermos de diabetes, por suerte, tienen ahora la posibilidad de medir su glucosa en cualquier momento. El avance en este campo ha sido espectacular en los últimos años. A pesar de ello, conviene recordar cómo controlar la glucosa, pues cada vez son más las personas con diabetes en todo el mundo. Por ello, en blogmedicina, te mostramos cómo controlar la glucosa.
¿Cómo controlar la glucosa?
Para saber cómo controlar la glucosa, primero debemos saber que este control se denomina automonitorización de glucosa en sangre (AMGS). Tan sencillo como verificar la cantidad de azúcar en sangre que tiene el enfermo de diabetes. Para ello, existen aparatos medidores de glucosa que miden la cantidad que hay en sangren en cualquier sitio y momento. Así, el paciente se ahorra ir a diario al médico.
De hecho, en el médico lo que hacen es coger una muestra de sangre para hacer la prueba de la hemoglobina (HbA1c). En este caso, no se analiza el nivel de glucosa del momento, sino el nivel medio de glucosa en sangre del último trimestre. Esta prueba médica se puede realizar con cualquier tipo de diabetes, y se usa para verificar el resultado del tratamiento y si es necesario modificarlo.
Obviamente, el control médico es esencial. No es suficiente con saber cómo controlar la glucosa, sino que necesitamos asesoramiento médico constante. Y es que el nivel de glucosa en sangre debe estar siempre por debajo del 7% y será el especialista médico quien determine el tratamiento, la dieta y las medidas a tomar según los resultados.
Así las cosas, tomando como referencia la hemoglobina glicosilada (HbA1c), estos son los porcentajes de glucosa según el paciente:
- Pacientes sin diabetes – Menos del 6,5%
- Diabetes tipo 2 – Menos del 7%
- Diabetes tipo 1 – Menos del 7,5%
En lo que respecta a la glucosa capilar, la que se mide con un pinchazo en el dedo, sin necesidad de médicos, debe estar entre 80 y 130 antes de comer y por debajo de 180 tras la comida.
En una enfermedad como la diabetes, entran muchos elementos. Desde las rutinas alimentarias del paciente, a su actividad física. El médico debe conocer todos los elementos del paciente para ajustar el tratamiento a su caso. Y es que cada paciente es distinto. Para empezar, hay elementos como la edad o el tiempo que lleva siendo diabético, que influyen en el tratamiento.
Otra variable a tener en cuenta es el hecho de tener enfermedades asociadas a la diabetes. Algo que puede limitar las opciones a aplicar para controlar la diabetes.
¿Cuándo realizar el análisis?
Poder hacer la AMGS en cualquier lugar ha sido, sin duda, el mejor adelanto para los enfermos de diabetes. Ahora, es imprescindible saber cuándo realizar el análisis. Y es que según el momento del día en que se haga, los resultados pueden variar mucho entre ellos. Aquí te contamos cuándo realizar el análisis de forma más fiable.
Lo haremos con una guía con varios supuestos que surgen a diario. Supuestos que debes tener muy en cuenta porque serán los que marquen la cantidad de insulina a administrar.
- Al despertar – Nada más levantarse, conviene hacer una AMGS. Así controlaremos cómo actúa el tratamiento con la glucosa durante toda la noche. Conviene hacerlo en ayunas, incluso de agua, para obtener un resultado puro y neutro.
- Antes de dormir – No sólo tomamos una referencia para comparar cuando tomemos la muestra al levantarnos, sino que verificamos si el cuerpo necesita comer algo antes de dormir.
- Antes de conducir – El riesgo de conducir debe ser el mínimo. Por tanto, si hay que tomar algo de comer antes de conducir, retrasar la salida o, directamente, descartarla, es necesario hacer una AMGS
- Antes de comer – En este caso, tendremos una referencia para medir la glucosa cuando hayamos comido. Se mide la eficacia de la medicación con los alimentos y, de paso, controlamos la dieta y los alimentos que mejor nos van y en qué cantidad.
- Después de comer – Con la referencia previa a la comida, esperamos dos horas tras la comida y verificamos el efecto de lo que hayamos tomado en los niveles de glucosa en sangre.
- Antes de hacer deporte – Es importante controlar el nivel de glucosa, pues si no es apto, debemos parar o retrasar lo que vayamos a hacer. Incluso en alguna ocasión, debemos tomar algo antes de empezar.
- Durante la actividad física – A mitad del entrenamiento, conviene parar y verificar la glucosa para verificar sus niveles y cómo le afecta.
- Después del entrenamiento – Un balance final para comprobar el efecto del entrenamiento
- Indicaciones del médico – Además de todos estos momentos, es posible que nuestro especialista médico nos dé más indicaciones que, por supuesto, debemos seguir. Todo los datos son relevantes para personalizar lo máximo posible el tratamiento, la medicación y la dieta.
De hecho, hay algunas ocasiones en las que las AMGS son mucho más frecuentes de lo habitual. Eso sí, a la hora de afrontarlos, debe ser bajo la supervisión del médico.
- Nueva medicación – Es lógico que, hasta que el médico la ajuste de forma exacta, haya que hacer pruebas y AMGS constantes.
- Nueva dieta – Si cambiamos la dieta, es posible que los alimentos nuevos afecten al nivel de glucosa de forma distinta. Hasta que los tengamos controlados, los controles deben ser constantes.
- Indisposición – Si el paciente tiene el más mínimo malestar, lo primero es medir el nivel de glucosa en sangre.
- Hipoglucemia o Hiperglucemia – Si el paciente tiene el nivel de glucosa bajo (hipoglucemia) o alto (hiperglucemia), los controles deben ser habituales en su rutina.
Recomendaciones para controlar la glucosa
Las recomendaciones para controlar la glucosa, pasan por varios factores. No obstante, las más habituales ya las hemos comentado. Estas son las recomendaciones para controlar la glucosa:
- Dieta – Debe ser equilibrada, personalizada y con un déficit calórico que la deje por debajo de las 800 kcal al día.
- Ejercicio – La actividad física es capital en el caso de la diabetes. Los especialistas sanitarios recomiendan a sus pacientes que no dejen más de dos días de descanso. La recomendación es hacer dos horas de ejercicio a intensidad moderada.
- Tratamiento – En este caso, depende por completo del médico. Ahora, hoy en día hay opciones para todos los gustos. Desde soluciones orales, a las habituales inyectables y más eficaces a corto plazo.
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