Clasificación funcional de la insuficiencia cardíaca

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La clasificación funcional de la IC es útil para el enfoque terapéutico, valorar el grado de respuesta al tratamiento y establecer el pronóstico. A pesar de la falta de objetividad y de la difícil reproducibilidad, la más utilizada es la de la New York Heart Association. Según dicha clasificación pueden diferenciarse cuatro grupos:

Grado I. Pacientes con enfermedad cardíaca pero sin limitación en la actividad física. La actividad física habitual no produce fatiga, palpitaciones, disnea o angina de pecho.
Grado II. Pacientes con enfermedad cardíaca y ligera limitación en la actividad física; asintomáticos en reposo. La actividad física habitual produce fatiga, disnea, angina, etc.
Grado III. Pacientes con enfermedad cardíaca y gran limitación de la actividad física; asintomáticos en reposo. La sintomatología se desencadena por actividades menos intensas de lo habitual.
Grado IV. Pacientes con enfermedad cardíaca que permanecen sintomáticos incluso en reposo. Cualquier actividad mínima exacerba aún más los síntomas.

Otra forma de valorar el diagnóstico funcional es a través de la ecocardiografía y la medición de la fracción de eyección (FE). Según la alteración de ésta pueden establecerse tres categorías:

– Disfunción ventricular sistólica grave: FE < 20-30%.
– Disfunción ventricular sistólica moderada: FE < 35%.
– Disfunción ventricular sistólica ligera: FE > 35%.

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