Conocer las causas de una campanilla inflamada puede ayudarte a prevenir dicha afección y a tratarla con más efectividad.
¿Qué es la campanilla?
La campanilla, tal y como la llamamos coloquialmente, recibe el nombre de úvula y se encuentra al final de la garganta con una forma similar al badajo del interior de una campana.
Tiene un color rosado pero cuando se inflama o se irrita adquiere un color más rojo, mientras que en los laterales de la garganta (amígdalas) pueden aparecer placas de pus que tienen un color blanco.
La función de la campanilla podríamos entenderla como una barrera frente a las bacterias y como la facilitadora de la ingestión de alimentos que se dirigen al estómago, dirigiéndolos hacia el esófago y no la laringe.
Síntomas de la campanilla inflamada
Una campanilla inflamada genera una sintomatología clara y molesta, puesto que se suele notar un leve dolor que resulta incómodo en todo momento. Este dolor suele ir acompañado de una constante sensación de que la garganta está seca, lo que producen ganas de toser.
Cuando la inflamación se hace mayor, puede haber una dificultad para tragar tanto alimentos líquidos como sólidos, la zona está muy sensible y puede aumentar de tamaño la úvula.
Esta sintomatología tan frecuente pero ir acompañada de fiebre, dolor de cabeza e incluso náuseas.
Causas de la campanilla inflamada
Conocer los hechos que pueden provocar que la campanilla se inflame te va a ayudar a prevenirlo. Realmente son muchas las causas que pueden provocar que la campanilla se te inflame y, si varias de las causas ocurren el mismo día, las probabilidades de que ocurra y el tamaño de la inflamación aumenta.
Beber alcohol puede provocar una irritación importante en la campanilla, sobre todo si la ingesta es excesiva, ya que esto produce una deshidratación del organismo. Si a la cantidad del alcohol que hayas tomado le sumas el fumar, la sequedad de esta zona aumenta mayormente, por lo que es fácil que se inflame.
El consumo de bebidas frías y los cambios de temperatura pueden provocarlo. Esto suele venir acompañado de dolor de garganta y que al final ésta se infecte.
Roncar también va a provocar que esta zona se quede seca y se vaya irritando poco a poco la úvula.
Algunas alergias también pueden producir una inflamación de la campanilla, a lo que rápidamente hay que acudir al médico para recibir el tratamiento adecuado y cortarlo.
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