Qué es el botulismo: causas, síntomas y tratamiento

A lo largo del presente artículo vamos a analizar qué es el botulismo, así como sus causas, síntomas y tratamiento. Básicamente, el botulismo es una intoxicación, producida por la ingesta de productos en mal estado, fundamentalmente, alimentos envasados, teniendo especialmente incidencia los embutidos y las conservas.

Qué es el botulismo

Cuándo nos preguntamos qué es el botulismo, tenemos que asociarlo inmediatamente, con una indigestión, una intoxicación, que la causa la toxina botulínica, que viene a ser una toxina, que la genera la bacteria ‘Clostridium botulinum’. Esta intoxicación se produce por haber ingerido productos envasados, como embutidos y conservas en mal estado. Hay que ser especialmente cuidadosos, con estos productos, ya que estamos ante una enfermedad inusual, pero que puede llegar a ser bastante grave, ya que podría llegar a ser mortal.

Esos alimentos mal conservados, estarían contaminados por neurotoxinas potentes. En el caso del botulismo, la infección, suele producirse, en la gran mayoría de los casos, por el consumo de comida, mientras que en otros casos, podría ser transmitida por la contaminación de heridas abiertas, o por el efecto colateral, de haber usado toxinas deliberadamente, a la hora de tratar enfermedades neuromusculares, o bien en cosmética.

El denominado Clostridium botulinum, se encuentra en suelos y en agua no segura, y termina creando esporas, que sobreviven, en los alimentos que no están bien conservados, o bien enlatados, ya que ahí es donde se genera la toxina, que produce la enfermedad. Como decíamos anteriormente, hay que ser especialmente cuidadosos, ya que ingiriendo incluso cantidades muy pequeñas, se puede provocar una enfermedad grave.

Las verduras enlatadas caseras, son parte de los alimentos, que con más frecuencia, pueden verse afectadas, como es el caso de espárragos, remolacha o incluso ajo y tomate. También en menor medida, por carne de cerdo, o pescado crudo y miel.

Causas del botulismo

Vamos a repasar a continuación, las causas del botulismo, que son varias. Hay que tener en cuenta, que el agente que causa el botulismo, es el Clostridium

botulinum, que es una bacteria móvil, que ni siquiera necesita oxígeno para crecer, y es capaz de sobrevivir, porque se puede convertir en esporas. No obstante, estas esporas, se pueden destruir con altas temperaturas. Cualquier alimento puede transmitir el botulismo, pero hay que tener especial cuidado con conservas, ahumados y salazones, puesto que se conservan bastante tiempo, antes de ser ingeridos. En el caso de los bebés, es la ingesta de miel, la causa principal.

La toxina botulínica, al ser ingerida, afecta al sistema nervioso, impidiendo la síntesis de acetilcolina, que es la sustancia, que sirve para contraer los músculos esqueléticos, y para activar el sistema nervioso.

También hay riesgo de contagio, en las personas adictas a drogas intravenosas, que pueden infectar su sangre de manera con la bacteria directamente. También existe contagio, por inhalación de esporas, por parte de trabajadores de laboratorios.

Síntomas del botulismo

Los primeros síntomas del botulismo, empiezan a estar relacionados con el sistema nervioso, con el trastorno de la palabra, doble visión, llanto en los niños, de manera débil y paralización de los miembros. Se puede producir desde una hora hasta diez días después de la ingesta de los alimentos.

Fatiga intensa, debilidad y vértigo son otros de los síntomas que pueden aparecer inicialmente, una vez que se haya manifestado la intoxicación. También pueden aparecer, sequedad en la boca, visión borrosa y amplia dificultad para tragar e incluso para hablar.

Otros síntomas que pueden producirse a continuación son: vómitos, diarrea, inflamación abdominal, debilidad en cuello y brazos, así como en las zonas respiratorias.

El botulismo suele tener una incidencia baja, pero la tasa de mortalidad, es relativamente alta, ya que puede oscilar entre el cinco y el diez por ciento, si no se realiza un diagnóstico precoz, empezando rápido el tratamiento.

La bacteria necesita transmitirse en un ambiente, ausente de oxígeno, por lo que se ha transmitido en un ambiente sin oxígeno, con bajo contenido del mismo o con alimentos, conservados de una manera poco adecuada, o bien mal procesados, o que no han sido embotellados o enlatados, con los procedimientos correctos.

Para prevenir esta enfermedad, es necesario hervir los alimentos descritos anteriormente, al menos diez minutos antes de consumirlos, para eliminar la bacteria. Como la miel puede contenerla, no es aconsejable que la tomen los niños menores de un año.

Tratamiento para el botulismo

El tratamiento para el botulismo, podemos resumirlo en cinco vías de actuación.

La primera consistiría, en impedir la absorción de la toxina, algo que ocurre en los pocos casos, en los que sabemos que una persona ha consumido un alimento contaminado con esta sustancia. En este caso, hay provocar el vómito en la persona, así como darle laxantes, para que se limpie de ese modo el tubo digestivo.

En segundo lugar, hay que neutralizar la toxina que haya pasado a la sangre. Esto se consigue mediante una inyección de inmunoglobina antitoxina, que son anticuerpos que terminan anulando la toxina.

En tercer lugar, hay que controlar los síntomas. Se pueden utilizar fármacos para activar la acetilcolina, e impedir de este modo, la debilidad muscular. Se pueden utilizar analgésicos, para mitigar el dolor abdominal, los vómitos se pueden controlar con antieméticos, y la sequedad de boca o de ojos, con hidratación.

En el cuarto apartado, tendríamos el ingreso en la UCI. La Unidad de Cuidados Intensivos es necesaria, ya que cualquier persona intoxicada, que padezca botulismo, tiene riesgo de perder la vida. Se puede padecer una parada cardiorrespiratoria, por la debilidad de los músculos, por lo que es necesario un control exhaustivo por parte del equipo médico. Se debe estar bajo observación para evitar cualquier posible problema.

Y en quinto y último lugar, está la rehabilitación. Después de haber superado el botulismo, puede ser posible que haya una cierta debilidad muscular, por haber tenido la enfermedad y que haya problemas, en el control de la mirada. Hay que hacer un proceso intensivo de rehabilitación, incluyendo ejercicios musculares, para recuperar la condición física previa a la enfermedad.

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