El verano cambia casi todos nuestros hábitos. Se altera la alimentación, se expone más la piel, hay más picaduras de insectos o se ingieren alimentos raros, se producen molestias gastrointestinales e insolaciones. Para hacer frente a estos trastornos, es vital tener un botiquín a la mano. En caso de diarrea, un antidiarreico o un suero de rehidratación oral son necesarios. Si se trata de estreñimiento, un laxante caerá muy bien.
Las continuas horas bajo el sol pueden ocasionar dolores de cabeza e insolaciones. Hay que alternar los periodos entre la sombra y el calor, tomar mucha agua y utilizar cremas rehidratantes para que nuestra piel recupere su elasticidad.
Hacia cualquier destino, el botiquín debe contener algodón, vendas, gasas, tiritas y alcohol. Es importante llevar analgésicos para los posibles dolores de cabeza y de los músculos. Se recomienda portar con antiácidos para calmar la indigestión y acidez, además de soluciones de rehidratación oral, repelentes y protectores solares superiores al 45f. El botiquín debe contener también antipiréticos, termómetro, antisépticos, antihistamínicos y pastillas contra el mareo.
Antes de partir hacia algún lugar exótico, debe informarse sobre las condiciones de salud e higiene del país y preparar nuestro botiquín.
Originally posted 2009-08-12 07:12:07.